A lo largo de nuestra serie, hemos desvelado cómo la búsqueda de pertenencia y contribución puede llevar a los adolescentes por caminos de comportamiento disruptivo. Hemos visto la atención excesiva como un grito por ser reconocidos, el poder mal dirigido como una lucha por la autonomía y la venganza como una respuesta al dolor. Ahora, nos enfrentamos al sentimiento de ineptitud asumida, la última fase a la que se llega si no se ha hecho caso a las anteriores etapas, y el último obstáculo que debe ser superado en este viaje. Es aquí donde nuestro apoyo puede brillar más fuerte. Este capítulo final aborda la sensación paralizante de no ser capaz, un desafío que requiere una comprensión y una acción profundas por parte de los padres y educadores.

Los adolescentes pueden encontrarse en un estado de desesperación, sintiéndose perdidos o inútiles, una fase donde la sobreprotección o rendirse a la situación solo agrava su autoimagen negativa. En lugar de caer en la trampa de darles todo resuelto, debemos fomentar su confianza a través de pequeños pasos, celebrar sus logros y motivarles constantemente. Este enfoque no solo les ayuda a sentirse valorados, sino que también inculca la perseverancia y el valor de su contribución personal.

Identificación de comportamientos

La ineptitud asumida se manifiesta en los adolescentes a través de la evitación de desafíos, la renuencia a participar en actividades nuevas o la tendencia a rendirse fácilmente. Es común escucharles decir «no puedo» antes de intentarlo, o verles dejar de esforzarse al enfrentarse a la más mínima dificultad, refugiándose en la comodidad de lo que ya conocen.

Emociones subyacentes

Este comportamiento es una señal de alarma que indica sentimientos de inutilidad y una falta de expectativas en sí mismos. El adolescente puede llegar a sentir que no tiene un lugar significativo en su grupo social o familiar, lo que afecta profundamente su autoestima y su visión de futuro.

Estrategias para padres

Para contrarrestar esta percepción negativa, es esencial que los padres proporcionen un apoyo constante y afirmativo. Celebrar los pequeños logros, alentar los intentos y no solo los éxitos, y sobre todo, evitar comparaciones con otros, son prácticas clave. Ayudarles a establecer metas alcanzables y reconocer sus esfuerzos les dará la seguridad para superar los desafíos. Es también beneficioso involucrar a los adolescentes en actividades que requieran responsabilidad y que les permitan ver el impacto positivo de sus acciones. Esto les ayudará a redescubrir su valor y a construir una imagen propia más positiva y realista.

Al abordar estos cuatro comportamientos —atención excesiva, poder mal dirigido, venganza e ineptitud asumida— hemos explorado un espectro completo de desafíos que los adolescentes enfrentan en su búsqueda de pertenencia y valor. El viaje no termina con el reconocimiento de estos comportamientos, sino con la intervención positiva y continua que nosotros, como adultos, podemos ofrecer. Es nuestra tarea, y también nuestro privilegio, guiar a los jóvenes hacia la autorrealización y verlos florecer en individuos capaces y resilientes. Con cada paso que damos juntos, reforzamos el tejido de relaciones y comunidades que sostiene a nuestros adolescentes en su camino hacia la madurez.

Si al leer estos artículos crees que tú o tu hijo podríais necesitar una mano extra, estoy aquí para ayudaros. Como coach especializado en adolescentes, puedo ofrecerte el apoyo y consejo que necesitas para superar los obstáculos de esta etapa tan compleja. Ponte en contacto conmigo y, juntos, encontraremos el mejor camino para despejar las dudas y reforzar la confianza de tu hijo en sí mismo.

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